La moda no es vanguardia: #DesdeLosSatelites con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado

Porque Dios es digital, Indio Solari reapareció nuevamente a través de un medio virtual en lo que fue un concierto memorable, abordado por parte de la banda que lleva más de 15 años acompañándolo, en ya una especie de homenaje itinerante y dedicado a la obra del ex Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

¿Pero estuvo el Indio en el Malvinas Argentinas, el pasado 26 de septiembre? Sí, estuvo ¿Pero estuvo en vivo? No, en vivo en vivo no… pero sí. Con 71 años en el lomo Solari volvió a demostrarle esa mutua fidelidad cómplice que tiene con su público incondicional que, dicho sea de paso, colmó desde temprano hasta las redes sociales, fundamentalmente Twitter, con el hashtag creado para la celebración: #DesdeLosSatelites.


Unas tres horas tocaron en vivo Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, desandando alrededor de 36 canciones con autoría del calvo frontman junto al flaco Skay, entre ellas clásicos ricoteros como “Yo caníbal” (la primera en la que apareció), “Juguetes perdidos”, “Mariposa Pontiac / Rock del país”, “Me matan limón”, “Vencedores vencidos” y por supuesto el cierre con “Ji ji ji”. Antes, un maravilloso documental creado por Cráneo Films y el fotógrafo de la banda, Edgardo Kevorkian, que se llama “Con los puños en alto” y resume esta década y media de vida que tiene el supergrupo armado por el artista nacido en Paraná.


Los pantallazos de ese documento, que contó con palabras del Indio e imágenes inéditas del show de Tandil en 2016, dejaron el luminoso e imponente escenario del Malvinas más que hirviendo para que lo terminaran de detonar Los Fundamentalistas con un poderoso recital, recorriendo también gran parte de la faena en solitario de uno de los cantantes más emblemáticos del rock nacional. “Había una vez”, “Todos a los botes”, “Porco Rex”, “Vino Mariani”, “Pinturas de guerra”, “Flight 956” y tantas otras pertenecientes en los cinco discos de estudio que firma Solari desde 2004, cuando se editó aquel ansiado “El tesoro de los inocentes (bingo fuel)”.


Ese debut discográfico fue la previa de un doblete en vivo, en La Plata, en 2005, punto de partida para que en la noche del 26 haya tanta nostalgia, cosechada luego de esa semilla de incertidumbre que había crecido hace casi 20 abriles (cuando se separaron Los Redondos a principios del siglo XXI), por lo que también estuvieron otros himnos nacionales como “Un ángel para tu soledad” o “Caña seca y un membrillo”. 


En Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado hay una especie de liderazgo heredado del guitarrista Gaspar Banegas; de los que mejores recrean la gola de Solari, pese a que no se trate de una banda tributo sino de un equipo de los sueños, repleto de músicos muy talentos y que llegan desde diferentes géneros. Se escucharon las preciosas versiones de “Honolulu” y “Blues de la libertad”, ambas cantadas por las coristas Luciana Palacios y Deborah Dixon. Pablo Sbaraglia (teclados y guitarra) también deleitó con sus susurros, mientras la guitarra porno del otro rey mago de las seis cuerdas, Baltasar Comotto, se apoderaba de las mentes ahí en el mundillo virtual.






El grupo completo (foto: captura Silencio) funcionó perfecto a lo largo de la noche. No pifiaron en nada. Salvo algunos silencios incómodos, propios de una transmisión tan majestuosa y sin público, el concierto será rememorado como uno de los más enérgicos e inolvidables de la pandemia por aspectos y cualidades varias. Miguel Tallarita (trompeta) y Sergio Colombo (saxo) también aportaron sus voces a páginas como “Gualicho” e “Y mientras tanto el sol se muere”, respectivamente. Es que (según declaraciones de la propia banda) se necesitan muchas gargantas para suplir a la del Indio. No se notó tanto porque todos ponen lo suyo en cada tema. El show fue magnífico y bien celebrado, pese a que ya no quede otra que extrañar demasiado la vuelta a los escenarios (la última fue en el fatídico show de Olavarría) de uno los fundadores de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.


El músico que no pudo estar por razones de salud fue Martín Carrizo, baterista e ingeniero de sonido del Pelado por el que ya en 2019 la banda, apadrinada por el propio Solari, recaudó un dinero que le permitía al también productor realizarse un tratamiento por una enfermad que lo tuvo a maltraer: Esclerosis Lateral Amiotrófica. Si bien pasaron por los parches durante estos años percusionistas como Hernán Aramberri, ahora quien maneja los tiempos es Ramiro López Naguil. La noche también fue del “muchacho” Fernando Nalé (cantó nada más y nada menos que “Preso en mi ciudad"), un groovero de la hostia para las cuatro cuerdas y un look stone.


Vale la pena aclarar que parte de lo recaudado por este virtual y multitudinario evento le fue otorgado a la revista La Garganta Poderosa. Los tickets se agotaron; fueron 20 mil almas (y tal vez el doble, o el triple) que festejaron junto a su ídolo y los músicos, a través de un streaming oficial de Ticketek sin fisuras y a un precio bastante accesible.


Tanto bromeaba (o vaticinaba) el Indio con autodenominarse Artista Invitado en sus lanzamientos que la actualidad parece ser otra de sus premoniciones. Desde las innumerables pantallas cantó “Susanita”, “La oscuridad” y “La moda es vanguardia”, entre otras, pero lo que más hay que rescatar, tras el cierre con el pogo virtual más grande del mundo, fueron las palabras que le dedicó a su maravilloso plantel, cargado de orgullo, a través de Twitter:




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