Ciro y Los Persas: la llama viva del rock de estadios

Con un show imponente y adaptado a los tiempos de incertidumbre que corren, el ex cantante de Los Piojos deslumbró en Rosario, junto a su poderosa banda, en la tercera noche de recitales en el Anfiteatro Municipal.



Ciro & Los Persas venía de completar con un fin de semana agitado de conciertos, aunque no se notó para nada. El lunes se descansó, pero el martes había que salir de nuevo a escena. Con previa de Queen Di, 20:30 una versión acotada persa fue por la tercera fecha en Rosario. Sin coristas ni vientos, los seis músicos en el acto se las arreglaron más que bien para brindar uno de los mejores shows que se ha visto en la ciudad, luego del regreso de los espectáculos públicos al aire libre.


Es que, para empezar, la lista asomó con dos canciones de Los Piojos, muy nostálgicas, de los 90. “Te diría” y “Taxi boy” (con un Ciro incendiado dando todo) fueron la entrada para una noche que continúo con un amague de “Pistolas” en el medio. Andrés Ciro no se guardó nada. En dos canciones metió cambio de look, lentes, tocó la armónica blusera del segundo track de "Tercer arco", se colgó la guitarra eléctrica y además sonaron esos buenos himnos piojosos.


Tras “Barón rojo” y “Luz”, el histórico Micky Rodríguez subió a tocar el bajo y según Ciro parece que todavía no lo convencen “para que se quede” definitivamente en el plantel persa. Hicieron otra de Los Piojos, “Media caña”, y de ahí invitaron al público a reemplazar a los vientos con onomatopeyas para la enérgica “Juira”. “Mucho mejor que Córdoba y también mejor que los del sábado”, bromeó el músico mientras se preparaba para detonar todo con “Antes y después”.


Un solo rotundo del histriónico Rodrigo Pérez para esa icónica canción, single debut del proyecto solista de Andrés Ciro, fue suficiente para calmar un poco el desorden mental que ocasionó en el público no poder saltar con esa lista de temas. Las pantallas mostraron unos videos que anticiparon dos discos que sacará el grupo: uno con la Filarmónica de Mendoza y otro de duetos. El espectáculo ya se empezaba a guardar en la historia por su magnitud y despliegue escénico.


Entretanto Ciro entró en bicicleta, de traje y con una galera, para continuar con las reversiones del disco acústico “Guerras”, que es parte de una trilogía que se completará con esos dos álbumes anunciados. Sonaron “El farolito”, “Insisto”, “Ruleta” y “Tan solo”, entre otras, para darle paso a un mini set de Manuela Martínez, una de las hijas del líder persa que alterna escenario en las giras de la banda. De paso respiraban un poco más.


Llegó el momento de la votación y ganó “Caminando”. Micky subió de nuevo para hacer “Como Alí”, “Me gusta” y “Pistolas”. A esa altura era inevitable para la gente no cantar “Vamo' Los Piojos, vamo' Los Piojos”. Entre el desfile de invitados fue el turno de un percusionista local (que además contó un chiste), para cerrar un show memorable con “Pacífico” y “Astros”. Final tanto piojoso como persa.


Fue una noche fantástica la de Ciro y Los Persas en la que después de mucho tiempo se volvió a sentir el calor del rock de estadios. Con protocolo y todo, pero se sintió. Ciro dejó el Himno Nacional con armónica para el final y no hubo bises. Le quedaba una fecha más, la del miércoles, a la que más de uno pensó en volver, aunque tampoco hay más entradas.



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