Un aura ricotera y fundamentalista energizó al Centro Cultural Güemes

El trío que conforman los actuales músicos del Indio Solari, Gaspar Benegas y Ramiro López Naguil junto al bajista Lucas Argomedo, impregnó el escenario de Güemes y Lagos con las canciones de sus dos discos de estudio y un puñado de clásicas composiciones redondas y fundamentalistas.



Benegas y Naguil no solamente son dos artistas de los tantos que mantienen vigente el legado de Los Redondos y lo más reciente de la trayectoria de Solari, llevando a cabo una prolija interpretación de la obra de la épica banda del rock argentino, sino que además, completando tridente con Argomedo, conservan una amistad desde sus juventudes y trabajan en este ambicioso y concreto proyecto sonoro, codo a codo ya desde algunos años, recorriendo nuevamente espacios, en el presente. hasta con sonido propio.


En Rosario, la historia de los tickets no fue la misma que en la ciudad de Santa Fe para "La Monkey y Los Monkeys", porque en la capital provincial se agotó por completo el aforo dispuesto. En principio, el concierto en la ciudad se movió a unas pocas cuadras, desde de La Sala de las Artes hacia el Güemes, inclusive tocando en un primer turno que de movida estaba pactado para escuchar a Descarrilados, la buena banda local que rinde tributo a La Renga.


La Mono, entonces, arrancó puntual. "Como costó llegar a Rosario", deslizó Gaspar mientras saludaba a varios grupos que habían arribado desde otras latitudes para ver a esta formación que conserva el pulso itinerante (y prepandémico) de viajar en pequeñas hordas con cupo a cualquier lugar para escuchar un par de canciones. Casi como un ritual que parecía haber quedado frizado y que en la actualidad va regresando de a poco, a base de protocolos y renovaciones organizativas, aunque en el fondo de la cuestión todo sigue siendo igual que antes para el rock.


El sonido crudo y grunge noventoso que rescata este trío (antes dúo desde 2014) se pudo apreciar con claridad desde "Experimento", su primer disco de 2016, aunque el motivo de esta gira fue la despedida de su segundo y más personal trabajo de estudio: "Anomalía", cuya tapa fue ilustrada por el propio Solari, editado en 2019 y que recién en este 2021 pudo mostrarse como la banda quiso siempre, en vivo, con público y tras sobrellevar un duro encierro involuntario que quebró muchos proyectos musicales.


Rosario era el escenario pendiente para La Mono que pudo sacarse esa espina el pasado sábado 25 de septiembre. Estos tres músicos que desandan otros proyectos (Benegas, ex de Las Manos de Filippi; Argomedo, cellista de Los Azules Turquesas, la banda de Lisandro Aristimuño; y López Naguil, también integrante de la banda del Bahiano) proponen un sonido que rescata y fusiona lo mejor del rock californiano de los '90 con la crudeza de los pioneros de nuestro rock local. Canciones como "Autodestrucción" o "Capitanes" ya demostraron la marca de este joven proyecto integrado por artistas muy talentosos y multitareas, lo que parece ser la única manera de sobrevivir en la actualidad de este arte en crisis, y en una industria cada vez más abarrotada y con la necesidad permanente de reinventarse.


Benegas, Argomedo y López Naguil incorporaron el sábado en Pichincha una lista composiciones del Indio Solari, tanto de su etapa en Los Redondos como en la actual con Los Funda. "El arte del buen comer" y "Pabellón Séptimo" se sumaron a "Y mientras tanto el sol se muere", allá por la mitad de este ansiado recital tanto para los músicos como para el público.


En la previa de un tercer disco que ya está siendo elaborado (según Gaspar, por ahora con más música que letras), y de un rumoreado arribo de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado a Rosario antes de fin de año, fue una buena medida ver a La Mono, un tridente que en principio fue liderado completamente por Benegas y que en el presente se convirtió en un trabajo colectivo y con una interesante dinámica interna de composición punzante. 

    



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