Chano con vos es 7 de noviembre cada media hora

El no tan ex Tan Biónica deslumbró a Rosario con una puesta en escena fabulosa y dos conciertos de más de dos horas. Cada uno frente a un aforo de algo así como dos mil personas que compartieron el par de shows a corazón abierto del artista, en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito.



Para la previa de este primer fin de semana de noviembre, en mayor o menor medida, todos conocían, conocieron o conocen la que venía transitando Chano Moreno Charpentier en su vida privada y que en este caso nada tuvo, tiene o tendrá que ver con lo que tanto él como su joven banda de multiinstrumentistas dieron sobre un formidable escenario del Anfi. Es que muchos fueron al Parque Urquiza para hacerle el aguante y ver cómo estaba este singular personaje admirado y amado por un público incondicional que lo acompañó cantando todas sus canciones, inclusive la de su más reciente pero concreta carrera en solitario.


El del domingo fue un concierto extenso y de comienzo puntual, además con boleterías agotadas, tal como el del día anterior (sábado 6 de noviembre). Tras el toque del local Tobi Arribillaga (músico además de la banda rosarina Patagonia Revelde), Chano arrancó la noche dominical saludando con su música y no es una obviedad porque para empezar bien arriba sonó “Hola mi vida” y le siguió “Mis noches de enero”, en la que soltó un “Se detuvo el tiempo y la lluvia no llovió, cuando por el cielo de Rosario apareció”.


La relación con los espectadores fue muy cálida y cómplice durante todo el show con un Chano muy alegre, subiendo y bajando el imponente escenario negro e iluminado, ubicado además por sobre las propias tablas del proscenio del Anfi. Una de las escenificaciones más robustas y prolijas que se vieron en los últimos tiempos de recitales en pandemia. 


Pero no fue solamente jolgorio porque el momento introspectivo llegó cuando a mitad de concierto el músico se sentó, primero solo (o más bien acompañado por su guitarra y luego por el piano) frente a esa multitud, y más adelante acompañado por el joven colega y productor Renzo Luca, tocando y cantando hits inoxidables como: “Obsesionario en La Mayor”, “Momentos de mi vida”, “Beautiful”, "La manera que eligió para matarme" (donde contó que estaba dedicada para una tal Lucía) y la más rosarina de todas, la que le abrió tanto a él como a su banda un camino disparado desde la antigua radiofonía local: “Arruinarse”.


Chano tiene dos discos solistas (“El otro” y “El doble”) lanzados en 2018 y 2019. Con algunos sencillos en plataformas anticipó lo que será “Quarentina” y en vivo aprovechó e invitó a la trapera Dakillah para “De su color”, un feat. publicado algunos días antes del doblete en Rosario. Tuvo tiempo para hacer cantar y bailar a toda concurrencia con el pegadizo “Mecha” para despedirse con más de su flamante carrera solista, en la que no lleva más de un lustro tras la separación de Tan Biónica en 2016, aunque con canciones adherentes y ya propias de su nueva etapa como “Carnavalintro” (tiene casi 40 millones de reproducciones en Spotify) y “Naistumichu”.


Las miles de personas que acudieron al anfiteatro rosarino tuvieron la grata sorpresa de ver a un Chano entero y con mucha energía, como renacido. Bromeó con la vuelta de Tan Biónica pero a la vez distanciándose con humildad de esa emblemática banda que ha sido sumamente importante tanto en su vida artística o como colchón en este buen redespegue para su carrera que ahora sí parece definitivo.


Antes del final todo se había picado lindo con “Ella”, “La melodía de Dios” y “Ciudad mágica”. Chano hizo lo posible para desterrar la melancolía dominguera con su vibra positiva y algunos consejos al variadísimo rango etario que lo fue a ver al Humberto de Nito. Después de un par de Luna Park nuevamente Rosario acunó a uno de sus artistas preferidos y fue una noche mágica, ciudad de Rosario.



Buscá más notas acá