El show más íntimo de la nueva gira de Zoe Gotusso, por ahora fue en Rosario

Su nombre de pila significa “vida”, y con esa energía positiva y revitalizante que la caracteriza, la cordobesa brindó una preciosa actuación en el inicio de su flamante primera excursión musical en solitaria (“Ganas Tour”), el jueves 9 de diciembre, entregando una noche para el recuerdo que se dio naturalmente en un marco de familiaridad y cortesía, tanto arriba como debajo del escenario del Broadway.


La ex Salvapantallas había tuiteado, unas seis horas antes del concierto en el teatro de calle San Lorenzo, que iba a ser una jornada única, instando al público a no perdérselo por nada en el mundo, aunque en ese suceso virtual de caracteres no dio demasiados detalles al respecto y los fue develando a través de sus propias palabras, a medida que transcurría el encuentro con su gente.


Pasadas las 20 horas, la joven artista se anticipó sobre las tablas para presentar a su amigo Pako Galván, que está dando sus primeros pasos en sociedad junto a su colega y compañera de aventuras. El firmatense bromeó con los apodos que se endilgaron entre sí (Alfajorcito y Canita, respectivamente) y apenas con su guitarra a cuestas picó el repertorio de su reciente carrera, recibiendo una ovación merecida, mientras Zoe lo contemplaba tras bambalinas, preparándose para su número posterior.


Aún sin saber el motivo que generó ese misterioso texto en Twitter, Gotusso abrió simbólicamente las puertas de su living, invitando al público a que la disfrute vulnerable y despojada. Es que el show estaba pensado para que esté acompañada por un guitarrista (que “no pudo venir”) y no pudo ser. De todas maneras (y pese a que no era lo craneado por todo su equipo de trabajo) no hubo reproches porque lo que les regaló a sus fans fue más que suficiente para que la aclamaran desde que se pronunciaron los primeros acordes desde su guitarra.


“Les voy a pedir solamente una cosa: que lo disfruten mucho, mucho… Acá cada uno puede hacer lo que quiere”, soltó Zoe antes de contar la anécdota que la obligó a reinventar ese concierto en Rosario, prácticamente en el traslado desde Buenos Aires a la ciudad. Esa declaración le concedió al espectáculo varios matices especiales porque lo justificó con lo hecho y disfrutándolo mano a mano con la sala.

 

La música, sentada en una (a la vista muy cómoda) banqueta baja de madera, comenzó a generar un ambiente íntimo e interactivo con sus primeras canciones solistas, como la cálida y personal “Monoambiente en Capital”. Sonaron el estribillo y el silbido adherente de “Ayer te vi”, el tema en el que participa con Louta, y ya de entrada intercaló versos con la fanaticada que cantó toda la noche, casi como un coro de lujo para la artista mediterránea. Inclusive se animó con las onomatopeyas de una trompeta ficticia que oficiaba de cortejo para sus rolas.


Zoe presentó varias canciones nuevas, entre ellas una en la que, mediante un colaborador que le sostuvo el teléfono, se acompañó con unas guitarras grabadas por ella el mismo día temprano, en lo que fue una especie de karaoke. Luego subieron dos personitas y a capella nomás entonaron “Amándote”, del uruguayo Jaime Ross, y otra almita más (Delfi) con la que compartió las estrofas de “El mirador” (mientras Zoe le acomoda el mic y le prestaba su guitarra), una icónica canción que vaticinó aquel final abrupto de Salvapantallas, el dúo que compartía con su coterráneo Santi Celli. Quizás uno de los momentos más célebres del jueves.


La bossa es un género de marcada influencia para la virtuosa artífice que con su bonita voz acompañó el jueves con los acordes de “Una bossa +” y “María”, canción presente en su primer y único álbum solista, “Mi primer día triste”, editado apenas en 2020, un año especial para toda la humanidad y muy significativo para los jóvenes artistas que tuvieron que reinventarse para moverse y seguir compartiendo lo que hacen. “Me encantaría ver la luna con vos, pero vos seguís pensando en la teca”, dice “Cuarto creciente”, también de la placa debut de Gotusso que se despidió de la escena de Broadway con “Ganas”, otro de sus lanzamientos en pandemia.


La cordobesa estará en el Cosquín Rock (antes en Córdoba, el 11 de diciembre) y en mayo de 2022 en el Gran Rex porteño. “Esta es la segunda (o la tercera) vez que toco sola, la primera fue en un recital que di en los Grammy”, dijo humildemente esta cantante argentina que ya no es una joven promesa sino una de las voces más importantes que existen por estos lares. De Rosario se fue con un ramo de flores, carteles y hasta una bandera. Casi como que se comprometió a volver pues el sabor agridulce que le dejó un concierto casi improvisado tal vez no haya colmado sus expectativas artísticas, más teniendo en cuenta que es su primer paseo solista por todo el país. Pese a que lo ocurrido la forzó a planificar otra puesta, la iluminación y toda la propuesta fue impecable y este concierto quedará como una marca indeleble tanto para la artista como para su público que no hizo más que acompañarla y disfrutar a la par esto que, al parecer, recién está comenzando.



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