Un Dillom POST MORTEM en Rosario: “Y si quieren lo que tengo, yo conozco al de la nota”

Acompañado por una certera banda sonora integrada por músicos talentosos, el joven artista y productor argentino presentó su ópera prima en La Sala de las Artes, con entradas agotadas, el pasado viernes 20 de mayo.





Guitarra, bajo, batería y teclado. Con la tradicional formación clásica de un grupo de rock montada sobre el escenario de Suipacha y Güemes, Dillom (fotos: @mpinkph) coronó la faena del aclamado POST MORTEM, un álbum conceptual que se complementa perfectamente con su exposición en vivo.


“REVIVIO EL ROCANROL”, publicaría en Twitter una horas después de detonar la esquina de Pichincha, divulgando un video en el que se lo ve arrojándose a un pogo en otro punto de esta gira, algo que también sucedió en Rosario, en lo que fue apenas una porción de un show muy atractivo que combina con lo que propone este disco maravilloso, posicionado como uno de los mejores lanzamientos de 2021, y por qué no de los últimos tiempos. 


La salida por el país para mostrar la placa en cuestión tuvo que esperar por la pandemia. La manija ya era intolerante, las incalculables reproducciones no alcanzaban, había que verlo y escucharlo en vivo porque este ambicioso y reciente proyecto así lo ameritaba.


La previa con música clásica le dio a la noche del viernes 20 (a una semana de un inadvertido viernes 13) un éter lúgubre que a eso de las 21:30 comenzó a tomar forma cuando la voz de Mario Pergolini se oyó en DEMIAN y los cinco artistas irrumpieron en el escenario, vestidos de boy scouts. Durante el parlamento del periodista y productor, precisamente en el momento en que este alter ego toma una madera quemada y todo se vuelve turbio y perverso, podía olerse en el ambiente un humo similar al de una fogata, una hoguera de campamento, algo fascinante para un concierto tan esperado como este.






Tal como había sucedido en el festival Lollapalooza, hasta una bandera de Los Piojos flameaba entre el público rosarino cuando la intro terrorifica y desesperante de la canción homónima (POST MORTEM) anticipaba un recio sonido que golpeaba de lleno en el pecho con cada roce de bombo. En esa línea trapera y hiphopera le siguió RILI RILI, una de las 18 páginas, que salvo los interludios, acumulan todas por arriba del millón de reproducciones. “Tenemos más cookies que los Boy Scout”, combinaba frase con los uniformes, en ese rap trashero que coordinó correctamente, más adelante, con PISO 13.


El escueto saludo llegó tras el toque de SIDE. “Buenas noches Rosario, cómo la están pasando?”, preguntó luego de revolearle un simbólico cadáver metido dentro de una bolsa, a sus ya descontrolados fans. Había que parar un poco y vino la publicidad en código de sátira que es el track BOHEMIAN GROOVE SKIT. Parecía un alto en el zapping para ver dibujos animados, o ir a mear.


La remera roja con el sarcasmo explícito del lema “I'm with stupid” decoró las bellas groserías del popular rap PELOTUDA. Cayó el retorno al piso y al recuperarlo, gracias a un stage, soltó un cómplice “a ver si me ayudan a tocar esto”, antes de HEGEMONICA, el trap cumbiero 420 (cuenta con la particapción de L-Gante), y la presentación de Muerejoven con quien compartió A$AP, “Casipegado”, “Kelly” y COACH. La plaza estaba en orden.




Dillom despidió a su hermano amigo del escenario y presentó dos simples que tampoco están en POST MORTEM (“Sauce” y “Dudade”). En un clima más manso cantó BICICLETA, sentado con la camiseta de Boca apoyada en el hombro, ROCKETPOWERS, 220, y casi como guionado por Stephen King se coló en el escenario el globo rojo del payaso Pennywise, precediendo a una cantidad abundante de papelitos que se esparcieron por el aire de La Sala, cuando LA PRIMERA era casi la última del viernes.


Las casi 20 millones de reproducciones que acusa OPA en sólo una de las plataformas virtuales fueron apenas una excusa para que suene en el concierto de Rosario. Pero quedaba tiempo para calzarse una campera con interior de corderito, quizás su look más ramonero en toda la noche, y darle cabida con AMIGOS NUEVOS a REALITY. Conclusión: terminó en el pogo y cuando finalizó su recital sonó en los parlantes, y sin ningún tipo de insinuación, “Live is life”. Cerraba todo, vivir es vida, hay vida después de la muerte. No. Definitivamente no, Dylan León Masa (a.k.a. Dillom) no tiene ni la menor idea de quienes son los que suscriben estos memoriosos apuntes pero “porque todo' aman a Dillom, así de corta, pa'”.


Este exquisito show que supera complejos artísticos y generacionales contó con varios carteles colgados por los sitios argentinos en los que fue presentado. Primero que nada el de sold out, que también se colocó en la puerta de La Sala de Las Artes, pero además el de final de obra de un flamante arquitecto que le dio un acertado final a esta odisea de infinitas referencias trasheras. Un viaje de ida y sin vuelta. Y de la autopsia aún no hubo resultados post mortem porque acá nadie la quedó, salvo los amigos de Demián, QEPD.






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