Babasónicos en el Metropolitano: la música de la noche, desde la Trinchera de su arrogante rock

En los días previos mucho se habló acerca de que el show de los Babas en el Movistar Arena fue exageradamente adjetivado por la prensa, pero, dadas las circunstancias, lo cierto es que los forajidos de Lanús se merecieron cada uno de esos elogios. Principalmente porque apenas a días de ese doblete sold out del 24 y 25 de junio, y ya cuando el concierto de Rosario estaba empezadísimo, seguía entrando gente a las corridas, motivada y ansiosa ante este (entre otras cosas) baile simbólico. Un miércoles con baile y veneración.



En la previa de aquella falsa previa además se conjeturó la incertidumbre que partía desde el nombre que se eligió para promocionar a este espectáculo, pero por suerte gracias a Baco “Bye bye” fue solamente un slogan, la excusa para que esta fecha mudada a entresemana tuviese un encuadre de eterna fiesta fugaz que terminó por desatar un baile pagano, con visuales y luces fabulosas, de la mano con el buen sonido rockero que propuso esta icónica agrupación ya completamente inclasificable, en el ocaso del 29 de junio (originalmente era el 10 del mismo mes).


Y sí, cuando se publicó que estos recis se disparaban desde el lema “Bye bye” se pensó lo peor. La separación, el fin, el cierre de una carrera extensa, pero nada que ver. Todavía para eso falta claramente bastante, pues todo fue un timo, otro truco de Adrián Dárgelos y compañía (Uma Rodríguez, Uma Tuñón, Panza Castellanos, Mariano Roger Domínguez y Carca) para juntar unas 7 mil personas en el reducto del shopping Alto Rosario, a días de haber tocado en el coqueto estadio de Villa Crespo, en la previa de una gira que continuará por Chile, Estados Unidos, España, Alemania, Francia y Colombia, para en octubre regresar y dar otra función nuevamente en el Arena porteño.



Un dato es que inclusive esa tercera canción utilizada para denominar al tour en cuestión, incluida en el reciente álbum “Trinchera” (el disco 13 en la trayectoria, editado en 2022), estuvo tanto al principio como al final del set. En el arranque puntual del show, pasadas las 21, y en el cierre, tras los bises, más luego de casi treinta canciones que atravesaron una buena porción del variado y gran repertorio babasónico. “Bye Bye es el último single de Babasónicos. Una fantasía bailable, impregnada de sexualidad, donde el placer de lo efímero se vuelve refugio temporal en un mundo apocalíptico, paradójicamente perdido a merced de lo superficial.”, se lee en el sitio oficial de la banda.


En el medio, y luego de esa danza hereje del comienzo que sumó “Los calientes” (“Jessico”) y “Putita” (“Infame”), el recorrido por las páginas musicales fue soberbio, como si de verdad existiese la posibilidad de un cierre de época que no fue más que una consumación en pleno homenaje. La primera, que está presente en un disco publicado hace nada menos que 21 años (julio de 2001) y la segunda, un clásico de fogón inoxidable y precisamente parte del sucesor de la bisagra que fue “Jessico”. Un arranque sencillamente fabuloso.



Lejos de aquel rayo guaranizador, la figura catártica de Dárgelos estuvo estéticamente en un plan más chamánico de botas tejanas. En clave de buen humor y posando para lxs fotógrafxs, vale la pena recordar que era miércoles y que la fecha se vio obligada a posponerse por casos de Covid. Nada de eso importó y hasta puede que tal vez haya habido más público todavía en la sala porque nadie te arma un cheboli como este así a mitad de semana.


Canciones fueron en total 29. Desde la fantasía western rutera de “Desfachatados” al rock enajenado de “Pendejo”, decantando en la ostentación tecno de “La pregunta”. No se puede solo desatar el nudo con un estribillo pop que lo repetís hasta que lo puede cantar un conjunto de orangutanes”, manifiesta esta canción que gatilla cuestionamientos y hasta resulta autorreferencial y rupturista para el grupo.


Además de las nuevas “Mimos son mimos” y “Mentira nórdica” hubo más guiños a aquellos electrónicos albores de 2000 con “Deléctrico” y la danza abolerada babasónica™ con “Irresponsables”. “Así se habla”, “Sin mi diablo”, “Chisme de zorro” y “Risa” ofrecieron un variopinto panorama del catálogo sónico, más “Como eran las cosas”, la parejita inseparable “Carismático” y “Yegua”, para la falsa despedida con “La izquierda de la noche”, la más escuchada de “Trinchera” en Spotify con casi 7 millones de repeticiones.



Babasónicos (todas las fotos por @mpinkph) encaró el lapso final de su concierto en la ciudad de Rosario con una balada lacrimosa de “Romantisísmico” (“Humo”) y antes de linkear premeditadamente el principio con el fin para el adiós con el guiño cómplice “Bye bye”, sonó esa alabanza al cuarto arte que es “El colmo”.


En definitiva el susto ya pasó. Era ingenuo pensar que la banda que el año pasado fue la más escuchada en radios se desvanezca así porque sí pero el gancho funcionó a la perfección y generó muchas expectativas que terminó cumpliendo. En el Metro sonaron canciones de discos publicados a partir de 1999, salvo el caso de “Su ciervo”, editada en “Dopádromo”, de 1996.


No cabe duda que “Trinchera”, el primer álbum de estudios en cuatro años, es otra bisagra en la carrera de Babasónicos, un material que navega entre el placer y la reflexión, tal vez porque comenzó a gestarse en plena pandemia, continuando lo propuesto en “Discutible”. Y en vivo desde el frente de batalla, parapetada está flameando intacta la bandera blanca y rosa que sigue peleándole al desasosiego que provoca escuchar frases trilladas como “el rock se murió”. Si así fuese hazme el amor hasta el amanecer y después, y después bye bye.







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