El nuevo cielo musical de Pablo Pino está en su fase inicial

Hace ya algunas décadas íbamos caminando por Avenida Belgrano, pasando la esquina del mítico Barrilito, y en la puerta de otro bar musical muy emblemático de la ciudad un trabajador del local nos daba entradas gratis (se les decía “free”) para un show que sería en Zeppelin, esa misma noche universitaria, es más, no faltaba mucho para que arranque Fines de los '90 y el recital: de Cielo Razzo, que ni siquiera tenía su primer disco en la calle (“Buenas”, 2001) pero Pablo Pino ya era el líder histriónico y carismático de esta banda que marcaría un punto de inflexión para los grupos de Rosario. Aunque esa es otra historia porque hoy el músico (que hasta hace poco también tocaba con Los Bardos y se tomó “licencia”) logró materilizar en plataformas virtuales lo que es su debut como solista. Para ser más específicos, “Fase inicial: RAN” es la primera parte de esta obra del rosarino y contiene seis canciones de existencia en diferentes épocas, contando con el apoyo de la productora 300 y la distribuidora Submarino Atómico. 



Empezando por la portada digital de este nuevo proyecto, Pablo Andrés Pino se encuentra subiendo por la escalerita de la glorieta del Rosedal, lugar que posee una vista panorámica única de las flores del Parque Independencia, una mirada general para saber dónde se está parado. El resto del grupo, lxs Kive Rono, conformado por Polilla en voz, guitarra acústica, ukelele, charango, coros, se completa con colegas de extensa trayectoria como Florencia Croci (bajo, coros), Jula Acuña (guitarra eléctrica, guitarra acústica, coros), Taka Carlesso (batería, percusión) y Juan Cruz Ferro (sintetizadores, programaciones). Hasta la fecha, el combo no tuvo tantas presentaciones en vivo lo que sube un poco más la expectativa de conocer esta nueva música en vivo.


“Fase inicial: RAN” abre con “Relato del chango”, el primer corte de difusión que se conoció oficialmente a principios de 2022 y que comparte en autoría con Gastón Cabagna, además de tener un clip realizado por Maiten Reynoso. Si bien posee una intro emparentada tal vez a la música de Cielo Razzo (como quizás los acordes de la rockera “Turbia”), este material viaja por otro carril ya que al final se escucha al chango decir: “La luna llena, se ensanchó ma' el río”, en una bocanada de suspiros norteños. Luego viene otra que ya se conocía y también fue anticipo: “Estás acá”, con una base de arpegios y samples folclóricos.


Teniendo en cuenta que estas canciones, grabadas en Penny Lane junto a Carlos Altolaguirre, cuentan con invitados como Nahuel Marquet en piano, Marcelo Vizarri (también integrante de Cielo Razzo) en sintetizador y Juan Cespedes en guitarra clásica, se puede decir que son instrumentos emparentados más con el rock o el pop, aun cuando son abordados sin distorsión, pero la inclusión de Chiry Tevez en quena, quenacho y sikus termina de explicar un poco más de que la van esos climas sonoros. Tal como declaró el propio Pino, las influencias del folclore están “sosegadas” en estas composiciones iniciales que completarán el concepto del disco con la segunda entrega. Además se grabó otro clip para “Desolado”, un funk con guitarras espaciales.


El proyecto ya estaba armado y activo pero la pandemia lo terminó de estructurar. La mayoría de las canciones fueron creadas con charango y guitarrita, tal como lo muestra el ritmo de chacarera eléctrica en “Galaxia” (se terminó de componer en Tilcara, Jujuy) o “Tu semilla”. Las letras también tienen ese pegue con la “Oración del remanso” y navegaron por varios estadíos hasta encontrar claramente en Kive Rono su lugar para ser mostradas con cierto respeto por el género que las baña sutilmente y con ganas de comenzar, para el artista, otra etapa en donde todo está por conocerse.



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