Nolbelto: tratando destruir música para construir la música

El mito se construye y el mito también se va generando a medida que suceden los hechos. Pero entonces quién fue (o quien quizás aún siga siendo) Nolbelto. Tal vez aquel jugador peruano de apellido Solano que vestía la camiseta de Boca a fines de los '90. No, nada que ver.



Es que probablemente Nolbelto no haya existido y lo imaginaron mentes embalurdadas en un subconsciente colectivo que anhela de vez en cuando este tipo de fábulas urbanas para escaparle a la monotonía que conlleva (no siempre) el arte estructurado como fuente de ingresos para sus mentores.


Así fue que un día su cantante, el poeta maldito Sebastián Ianelli (a.k.a. Tromps Putrefacto), huyó del escenario en pleno concierto, tras atravesar un epifánico ataque de pánico. De allí en más todo cambió todavía más de lo que venía mutando, porque si bien la leyenda ya existía entre los mortales, desde ese momento los shows de este grupo del sur porteño (formado definitivamente más tarde en Constitución) comenzaron a darse en vivo, claro, aunque con su vocalista saliendo por pistas, desde una PC, con el maniquí de un niño desnudo como estandarte cuyo pecho tiene tatuado, chorreando tinta, el nombre de la banda.


Martín “Colo” Fisner también fue fundamental en que Nolbelto vaya tomando consistencia y nunca se salió del libreto a la hora de hablar de este proyecto tan inclasificable del under argentino. El director y camarógrafo de renombradas ficciones locales como “El reino”, “Un gallo para Esculapio” y hasta un videoclip de Andrés Calamaro, además facilitó seguramente nolbetizar la TV con una representación de Arquímedes Puccio (interpretado por el actor Alejandro Awada), recitando un fragmento de “Nunca un botón”, fue en la serie “Historia de un clan”. Incluso Daniel Melingo puso su voz en la canción “Para Alfonsina” (Básicamente, 2016) y en “Barrilete” (del disco homónimo, cuyo packaging es literalmente un cometa), un álbum grabado en el mítico estudio Los Pájaros.


Leonardo Ranazzo en bajo y Fernando Fariña en bateria completan (o completaban) este cuarteto blasfemo de funk o punk o nada que publicó tres discos: “Básico” (2014), el citado “Básicamente” y “Barrilete” (2018), además de los EP “Políticos de mierda” (2017) y “Tracción a sangre” (2017). Luego llegó, en 2020, un material en vivo y una trilogía entre el año de la pandemia y 2021: “Sangre, sudor y lágrimas”. No cabe duda que Nolbelto vive. Escuchá haciendo clic acá.



Buscá más notas acá