El regreso de Tan Biónica es la excusa perfecta para recordar a “Obsesionario”

Año 2023. Lollapalooza. Chano con la acústica colgada se está por despedir al frente de su set solista en el festival multinacional en tierra bonaerense, no sin antes sorprender declamando una primicia inesperada: “En cinco minutos va a volver Tan Biónica. El grupo les va a regalar la última noche mágica próximamente en un estadio de la Ciudad de Buenos Aires.”. El lugar elegido, tras el anuncio en ese show del Lolla, fue el José Amalfitani, cito en el barrio porteño de Liniers, más conocido popularmente como la cancha de fútbol de Vélez.



Es sencillo hablar con el diario del lunes y que en octubre se van a congregar allí unas 50 mil personas. Según el propio Chano (foto: @mpinkph) “el nombre del grupo es una circunstancia ocasional derivada de la urgencia de tener que nomenclar a un grupo de amigos que hacen música para poder invitar a desconocidos a un concierto”. La afirmación suena como otra de las letras de sus canciones. 


Más luego, el éxito que en parte derivó de este álbum en cuestión fue rotundo y los llevó a recorrer el mundo con su música y a ganar una cantidad importante de premios hasta lo que fue el (también imprevisto) impasse que llegó en 2016. Y ahora esta parte de la historia se guarda el momento del regreso.


Todavía los presentes no salían de su asombro en aquella noche del 17 de marzo en San Isidro cuando ya se iba configurando la cita con fecha escorpiana que se programó finalmente para lo que será un más que esperado sábado 28 de octubre en el Fortín, reducto donde hace las veces de local el elenco que lleva la V azul en el pecho, el equipo que es clásico rival de Ferro Carril Oeste, el team de fútbol con el que Chano simpatiza y del que incluso lleva tatuado un escudo en uno de sus brazos.


Pero más atrás en el tiempo, también bancando el estandarte siempre, con una heráldica dorada ilustrando el centro de la tapa de cimientos azulados, la dinastía liderada por los Moreno Charpentier se llevaba todo puesto con un disco icónico e inolvidable, publicado a fines de 2010. Un álbum con 12 canciones de las cuales la mitad fueron cortes de difusión y en la actualidad cuatro están entre las diez más escuchadas en Spotify, una plataforma que arribó a la Argentina dos años después de la llegada de este segundo trabajo de Tan Biónica.


Dejando a un lado las concretas influencias lacanianas presentes en el nombre y en el contenido de las letras, centrándose en lo musical hay que tener en cuenta que “Ella” fue la primera canción que contó con un videoclip rodado en 360º en Argentina. “Beautiful”, “El duelo”, “Obsesionario en La Mayor”, “Loca” y “La comunidad” fueron lanzadas igualmente como simples, además del clip de “Pétalos” que si bien no fue un sencillo más conserva esa estética medieval con tintes barrocos que terminó siendo una marca registrada hasta en la vestimenta de este cuarteto fundado a principios de siglo por los hermanos Santiago "Chano" (voz) y Gonzalo "Bambi" (bajo) Moreno Charpentier, completado por sus amigos Sebastián Seoane (guitarra) y Diego Lichtenstein (batería).


El álbum tuvo una edición especial que se llama "Obsesionario Black Edition", que salió el 31 de julio de 2014 y junto a “Destinología Black Edition” forma parte de la serie “Black Edition”. La publicación cuenta con un CD+DVD que tiene los mismos sencillos que “Obsesionario”, más el “Himno Satidagurdam Sim”, juego de palabras que al revés significa "Himno Mis Madrugaditas", utilizado en el tour que sería la instrumental del sencillo “Ecos y sombras”.



La reanudación de una historia Tan pero Tan Biónica


Con esta noticia del retorno de Tan Biónica como un hecho la manija se tornó insuperable. Estallaron las redes sociales, se multiplicaron los memes y además las reproducciones en las plataformas. De hecho, al momento de condensar esta publicación todavía ni siquiera se había puesto el cartel para una preventa exclusiva de tickets (16 de mayo) y aun así la ansiedad no se detenía. La vuelta se materializará tras siete casi siete años exactos del parate.


Sin embargo, enfocándose definitivamente en esa docena de canciones que tiene “Obsesionario” (sucesor del EP “Wonderful noches” de 2003 y “Canciones del huracán” de 2007) se puede hablar de un disco con mucha personalidad y hasta terapéutico en algunas experiencias personales. Un puñado de hits bailables más un contenido melodramático de lo cotidiano que se vuelve admirable e identificatorio.


Entonces definir que “Obsesionario” es el mejor disco de Tan Biónica es algo bastante subjetivo (en este caso es uno de los más hermosos y profundos de lengua hispana que existen) porque todos son hits muy poderosos, desde la danza furiosa y bolichera de “Ella” hasta el código beatle que regula la melodía de “Pétalos”, con ese vibrato arrabalero que propone Chano desde su voz. “Los chicos de mi barrio leen libros para atrás”, dice en uno de sus versos.


“Tuve un amor anterior en la noche del día después que te vi”, canta en “Beautiful” asimismo como en otra estrofa dice “Nuestro amor es como un helado caliente que te quema cuando lo querés chupar”, un oxímoron inocente y atractivo que convive con otras diversas poéticas en la misma canción. Una marcha militar que suena en una mañana de colegio primario.


Y qué decir que no se haya dicho o sentido ya con “Obsesionario en La Mayor”. Una página deliciosa, un himno generacional que si estás hecho mierda te hace bien y si estás bien no te va a hacer mierda, pero al menos te llevará a reflexionar. Ese in crescendo tanto en la composición de la prosa como en sus sonidos la convierte en una de las canciones más preciosas de la música argentina.


Pues por aquellos tiempos había cierto resquemor con este lanzamiento. Hasta se daba un consumo irónico de los Tan Biónica y en las redes se lo comparaba, un poco en tono sarcástico, a Chano con el Indio Solari. El furor por la banda ya lograba su cometido. Polemizaba. Ese grupo de amigos verdaderamente estaba haciendo ruido.


“Loca, vos no entendés nada de vivir. Se fueron, con septiembre, tus ganas de mi”, es otra de esas frases que marcan una cruz en el calendario, como si hubiese existido en tiempo y espacio, en una historia real. Una constante en las letras de TB: las fechas, los meses. Una inquietante veracidad de los hechos que logró un importante feedback con el público, bautizado luego como Piberío Biónico. Nada de rockeritos duros, acá la pibada fue la que copó la parada.


Producido por los en aquel entonces Bersuit Vergarabat, Osky Righi y Pepe Céspedes (algo que se nota mucho en la melodía rioplantense de “Pastillitas del olvido”), “Obsesionario” no llega a la hora de duración. Son 47 minutos que se parecen casi a un turno con el psicólogo, una tarde de mates y charlas con un amiga o en lo agridulce de una relación que no estalla y está en una meseta porque yo no puedo cantar “Blackbird” como Paul, pero si como el Chano. Quedate escuchando "Obsesionario de Tan Biónica" acá:




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