Noche nostálgica y bien piojosa con Ciro y Los Persas en el Anfiteatro Municipal

El pasado sábado 6 de mayo Rosario fue testigo de un enérgico show para el recuerdo brindado por Andrés Martínez junto a la banda de la que está al frente desde 2009, tras la disolución de Los Piojos ese mismo año.



A dos días del épico concierto sinfónico que se dio en el Teatro El Círculo ante unas 1500 personas, el músico (foto por @mpinkph)  agotó entradas en el Humberto de Nito con la premisa de que algunas de las canciones de la lista fuesen elegidas por el público a través de una votación que se llevó a cabo mediante redes sociales.


En una jornada húmeda y con cielo chispeante (no perjudicó en absoluto la realización del recital) el ex líder de Los Piojos estuvo más fehaciente que nunca con esa porción de su historia en la música, pero también con la más reciente ya que fue mechando canciones de su consolidado proyecto, que lleva casi 15 años en la ruta, a la par del inoxidable repertorio del grupo fundado a fines de los ’80 en la zona oeste del Gran Buenos Aires.


Con clima de rock de estadios el Anfiteatro se preparó para uno de los mejores shows que brindó Ciro y Los Persas en la ciudad con el vivo recuerdo de que el anterior en ese recinto a orillas del Paraná había sido el sábado 17 de diciembre de 2022, nada más y nada menos que el día previo a la gesta de Argentina en el Mundial de fútbol de Qatar. “Tocar en la tierra del Messias trajo suerte”, soltó Ciro en una de las tantas charlas que mantuvo con sus fans.


Y para tener presente esa fecha imborrable para los argentinos, promediando la noche, la organización no dejó pasar por alto ese detalle del campeonato mundial obtenido en suelo catarí ya que cuando sonó “Luz” de Los Persas, en la pantalla de la parte trasera del escenario se proyectó un video que rememoró aquella indeleble final, en lo que fue uno de los varios pasajes emotivos que tuvo el sábado.


Ciro y Los Persas eligió para una de las dos fechas que dio en mayo en suelo rosarino una extensa lista de canciones, entre ellas algunas que no venían sonando desde hace mucho tiempo como “Buenos tiempos” y “Luz de marfil” de Los Piojos inaugurando la lista con “Arco”, la composición que abre “Ay, ay, ay”, el segundo disco de su ex banda oriunda de El Palomar.


Además de “Me gusta”, “Banda de garage” y “Antes y después”, que son simbólicas en la carrera de Los Persas, la faena contó con “La rosa”, junto al músico local Ike Parodi que ofició la previa con Los Picantes, y un caudaloso setlist piojoso que incluyó: “Civilización”, “Desde lejos no se ve”, “Tan solo”, “Como Ali”, “Ruleta” y “Cruel”, entre otros.


En el día del cumpleaños del bajista persa, el brasilero Broder Bastos, Ciro aprovechó para saludar además en sociedad a uno de sus guitarristas, Juan Gigena Ábalos, que fue papá de Juanita hace muy poco. Incluso más luego se animó a desandar las estrofas de “Juana Azurduy”, la canción escrita por Ariel Ramírez y Félix Luna.


Pero esa página que suena hermosa en la voz de la Negra Sosa no fue el único homenaje de la noche. El artista también contó una anécdota sucedida en Los Ángeles cuando se apareció Luis Alberto Spinetta en lo que fuera la grabación de “Verde paisaje del infierno”, en tierras norteamericanas, para luego aprovechar y cantar a capella algunos versos de “Muchacha de papel”, de Almendra.


Entre la nostalgia piojosa y el poderoso empuje rockero que manifiesta el vivo de Los Persas, para el tramo final sonaron “El farolito”, “Insisto” y “Astros”. Por supuesto que Ciro hizo el ritual de leer la bandera y tocó el Himno Nacional Argentino con la armónica para que a las 23:45 la cosa esté liquidada y el público, más que satisfecho, comience a retirarse de inmediato y ordenado en lo que fue una húmeda noche de rock de estadios para el recuerdo.



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