Según el calendario maya, El Día Fuera del Tiempo es pausa, introspección y magia que invita a “frenar y vernos”. Se conmemora cada 25 de julio, fecha que coincide con la publicación de este octavo disco de Cielo Razzo. También se suele decir que ese día no figura físicamente en los calendarios como sistema de representación. Pero hablando de tiempo, francamente pasó mucho entre lo que fue “Tierra nueva” (2015) y este “EDFDT” ¿Cuánto? ¡Casi 10 años! ¡Una década!
Luego de ese extenso lapso casi sin música nueva de Cielo Razzo fue innegable que había cierta incertidumbre, pese a las canciones que se habían divulgado en épocas de pandemia (“Alucinante cuento” y “Cualquier luz”), los shows que no se detuvieron (conservando esa esencia que la banda muestra en el vivo) y los dos simples que precedieron al lanzamiento de este álbum, en 2024, "Colmena" y "Corazón".
“El Día Fuera del Tiempo interpela a la consciencia dormida. E.D.F.D.T. es la potencia que habita en un abrazo, en un beso, en una herida. Busca pensar y sentir las ideas para no hacer de las causas consecuencias irremediables. Envases melódicos como furgones de un tren que viaja cargado de palabras, que buscan en el paisaje ver la equidad, la labor encadenada. Es un viaje en la parte de atrás, la reina fuera de la colmena, un alma que mira, la voz que te llama para que vuelvas, es solidaridad, va con el corazón en la mano, es el libro afuera del aula, la belleza deshabitada”, relatan precisos caracteres para la descripción que acompaña a las ocho canciones publicadas en YouTube.
De entrada, la sensación va por ahí porque es un disco emotivo. Como un obsequio para ellos mismos y para su público que ya no puede considerarse solamente “fan”, pues es más bien una especie de comunidad que lleva varios años compartiendo la ruta. Es, igualmente, un material sanador. El concepto de una búsqueda viajera. Ellos, un poco como espectadores y otro poco como interlocutores, y a la cabeza de la prosa esta consolidada dupla compositiva que son Diego Almirón y Pablo Pino, quienes se reparten los créditos en las líricas de “EDFDT”.
La dinámica general es la ya conocida de Cielo Razzo. Va remontando una historia y el cierre es el cierre. Siempre. La mayoría de las canciones duran a razón de cinco minutos. El álbum se grabó en Rosario, en el estudio propio, y se terminó de configurar en Buenos Aires con Alejandro Vázquez como productor. El resultado: valió la pena la espera.
Arrancando con “Polen”, que es una colorida balada, sus primeras frases dicen: “Vas a inundar de felicidad pasiones que no tienen fe. Vas a tratar de amarte como puedas”. Y así transcurre el tema más largo con sus 4.37 minutos de aire. Una presentación que tiene ese cierre (que es “el cierre”) redondeando con otro enunciado certero: “Agitando la sanación / Comandante eterna de las tropas de la ilusión”. De movida, las inquietudes han quedado a un costado.
Como subiéndose a una bici, con “Ultraliviano” se pone solo el play. Suena a las cortinas que usa TN Deportivo y en el verso que dice “Porque recuerdo como fue que soñé que volaba”… Anotá Migue Granados… Para Olga. Bienvenido “El Día Fuera del Tiempo” donde los bits, las escuchas y los likes no suelen ser tan importantes como premisa.
Esa energía de excursión sonora continúa, aunque ya no en las dos ruedas de una bicla sino en las piernas como rodado para caminar por el Machu Picchu (Templo del Sol, Templo de la Luna) o en la Peatonal Córdoba de Rosario con 40 grados sin sombra. Siempre y cuando haya introspección y reflexión. Es “México” un videoclip imaginario. Otra canción viajera, rutera, compañera. De guitarras y cortes abruptos de batería con Javier Robledo marcando el paso. Y acá también el cierre es “el cierre” a lo Cielo Razzo.
El slide de guitarra introduce a la balada compuesta por Pablo Pino: “Sabrás”. Un instante que se puede considerar como el más tranqui del disco. Tranqui por decirlo de alguna manera porque luego llega otra letra de Pino que es un cachetazo de actualidad. En la línea de “Barón”, y en ese concepto del viaje sobre ruedas, “Veloz tren”, con la lógica musical de “Caminando”, deja claro el mensaje: “Un pillo tirado / Tuiteando en la playa / Lavando / Timbeando / Jugando la tuya”. Enérgico y elaborado rock a lo Cielo Razzo que acaba evocando a Gustavo Cerati casi como proponiendo un lema de vida artística: “La poesía es la única verdad”. No cabe duda. ¿Un deja vú?
El dueto compositivo Almirón-Pino se fusiona en la letra de “Corazón”. Esa de las conocidas que venían sonando desde 2023 y que pareciera ser el disparador del resto de la obra. “Se aconseja una gran dosis de abrazos” se escucha en otro estilo razzero, con el sonido del glockenspiel (instrumento de percusión, una especia de xilófono) abordado por el productor Vázquez.
“Quiero ser especial para vos con el corazón en la mano” suelta “Corazón” para despedirse y adentrarse en un rock de tempo acelerado “Sonido del viento”, la previa de otra conocida: “Colmena”. Un homenaje al clásico sonido de Cielo Razzo para un final ideal con guitarras a lo “Luminoso”.
“El Día Fuera del Tiempo” es claro paradigma de que cantidad no es calidad. Acá son ocho canciones para estar media hora en ese mambo de pensar y detenerse en esta fase con una variedad de estímulos que aturden. Verdaderamente este disco emociona con firmeza. Ese rescate de la sensibilidad con un sonido pulido como nunca, sin perder la esencia y las ganas que genera esta escucha de que estas canciones suenen en vivo. Sin duda, la banda sonora de un consistente grupo de seres humanos que está en la permanente búsqueda de la felicidad.
Escuchá "El Día Fuera del Tiempo", de Cielo Razzo, acá: